Mantener una cartera de inversiones diversificada y alineada con tus objetivos financieros es esencial para el éxito a largo plazo. Una de las herramientas más eficaces para lograr esto es el rebalanceo de la cartera. A continuación, exploraremos qué es el rebalanceo, por qué es importante y cómo llevarlo a cabo.
El rebalanceo de la cartera es el proceso de ajustar la distribución de activos en tu cartera de inversiones para volver a la asignación original o a una nueva asignación deseada. Esto implica vender activos que han aumentado de valor y comprar activos que han disminuido, manteniendo así el nivel de riesgo y las metas de inversión establecidas inicialmente.
Con el tiempo, algunas inversiones pueden crecer más rápido que otras, alterando la distribución de activos y, por ende, el perfil de riesgo de tu cartera. Por ejemplo, si las acciones han tenido un rendimiento muy superior al de los bonos, tu cartera puede volverse más riesgosa de lo que inicialmente planeaste. Rebalancear te permite mantener el nivel de riesgo acorde a tu tolerancia.
Rebalancear fomenta una disciplina de inversión al obligarte a vender activos que han subido de precio y comprar aquellos que han bajado. Esto se alinea con el principio de “comprar barato y vender caro”, ayudándote a tomar decisiones más racionales y menos impulsivas.
Diversos estudios han demostrado que el rebalanceo regular puede mejorar el rendimiento ajustado por riesgo de una cartera a largo plazo. Al mantener una diversificación adecuada, es posible captar las ganancias de diferentes clases de activos en distintos ciclos del mercado.
Antes de rebalancear, define la distribución de activos que mejor se alinee con tus objetivos financieros, horizonte temporal y tolerancia al riesgo. Por ejemplo, una cartera podría estar compuesta por 60% en acciones y 40% en bonos.
Revisa tu cartera de forma periódica (por ejemplo, cada seis meses o anualmente) para evaluar si la distribución de activos se ha desviado de tu objetivo inicial.
Si la desviación es significativa, vende parte de los activos que han crecido en valor y compra más de los que han perdido valor para volver a tu distribución objetivo.
Imagina que iniciaste el año con una cartera de 60% en acciones y 40% en bonos. Después de un año, debido a un buen rendimiento del mercado de acciones, tu cartera ahora está compuesta por 70% en acciones y 30% en bonos. Para rebalancear, venderías una parte de tus acciones y comprarías más bonos hasta volver al objetivo del 60/40.
Fecha | Acciones (%) | Bonos (%) |
---|---|---|
Inicio Año | 60 | 40 |
Final Año | 70 | 30 |
Rebalanceo | 60 | 40 |
El rebalanceo de la cartera es una práctica esencial para cualquier inversor que desee mantener su nivel de riesgo bajo control y mejorar el rendimiento ajustado por riesgo a largo plazo. Asegúrate de definir una estrategia de rebalanceo que se alinee con tus objetivos y sigue una disciplina constante para obtener los mejores resultados.