Después de mucho esfuerzo y constancia, he alcanzado un hito importante: he ahorrado lo suficiente para cubrir cinco meses de gastos. Este colchón me ofrece la tranquilidad de saber que puedo enfrentar cualquier eventualidad sin preocuparme demasiado por el dinero. Sin embargo, después de llegar a este punto, me he puesto a reflexionar si podría hacer que ese dinero, además de estar seguro, también me ayude a crecer un poco.
La clave para una buena salud financiera no solo radica en cuánto dinero ganas, sino en cómo lo gestionas. Una de las herramientas más efectivas para lograrlo es un plan de gastos bien estructurado. Este te permite asignar tus ingresos de manera que cubras tus necesidades básicas, ahorres para el futuro y disfrutes de la vida sin sentirte culpable por gastar en lo que te hace feliz.
Los empresarios poseen una aguda capacidad para detectar oportunidades, utilizando un conocimiento subjetivo y práctico que se adquiere a través de la experiencia personal y no puede ser completamente formalizado. Este conocimiento es privativo y está disperso entre los individuos, lo que fomenta la diversidad y la innovación. Además, la función empresarial es esencialmente creativa, generando beneficios de la nada al identificar y corregir desajustes en el mercado, y coordinadora, mejorando la eficiencia y cooperación social mediante la resolución de estas ineficiencias.
La función empresarial es un concepto central en la ciencia económica y se define como una actividad que coincide con la acción humana misma. Según Jesús Huerta de Soto, cualquier persona que actúa para modificar el presente y alcanzar sus objetivos en el futuro está ejerciendo esta función. Esta visión amplía el entendimiento de la economía, no solo como un estudio de recursos y producción, sino como una ciencia que abarca los procesos de creación y transmisión del conocimiento empresarial.