Redefiniendo mi Fondo de Emergencia: De la seguridad a la estrategia

Redefiniendo mi Fondo de Emergencia: De la seguridad a la estrategia

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Después de mucho esfuerzo y constancia, he alcanzado un hito importante: he ahorrado lo suficiente para cubrir cinco meses de gastos. Este colchón me ofrece la tranquilidad de saber que puedo enfrentar cualquier eventualidad sin preocuparme demasiado por el dinero. Sin embargo, después de llegar a este punto, me he puesto a reflexionar si podría hacer que ese dinero, además de estar seguro, también me ayude a crecer un poco.

Inspiración en la lectura: Cómo invierto mi dinero

Recientemente, estuve leyendo How I Invest My Money, un libro que recopila las estrategias personales de varios expertos financieros. Uno de los capítulos que más resonó conmigo fue el de Dan Egan, quien es el Director de Finanzas Conductuales e Inversiones en Betterment, una plataforma de inversión automatizada. Egan combina la psicología del comportamiento con la gestión de inversiones para crear estrategias que no solo son rentables, sino también emocionalmente sostenibles.

Dan menciona que construyó un fondo de emergencia robusto porque no quería verse obligado a aceptar un mal trabajo bajo presión o que un gasto médico inesperado arruinara su estabilidad financiera. Optó por una asignación de 80% en bonos y 20% en acciones, explicando que no necesita tanto la comodidad del efectivo como la posibilidad de superar la inflación a largo plazo​.

El dilema de la liquidez y la rentabilidad

Hasta ahora, mi fondo de emergencia ha estado compuesto al 100% por fondos monetarios. Estos fondos ofrecen una liquidez inmediata y un riesgo mínimo, lo cual es ideal para un fondo destinado a emergencias. Sin embargo, al revisar mi situación financiera y leer sobre las ideas de Egan, me di cuenta de que podría estar perdiendo oportunidades de crecimiento sin comprometer la seguridad que necesito.

Dan Egan explica que un fondo de emergencia robusto no solo debe estar compuesto de efectivo, sino que también puede incluir una pequeña proporción de activos que ofrezcan un crecimiento moderado. De esta forma, no solo se protege contra la inflación, sino que también se mejora la estabilidad financiera a largo plazo. Inspirado por su enfoque, he decidido modificar mi estrategia actual.

La nueva estrategia: Un enfoque híbrido

Mi nueva asignación será del 80% en fondos monetarios, que seguirán siendo mi base segura, y un 20% en ETFs. Para este apartado, he elegido el iShares Edge MSCI World Quality Factor UCITS ETF USD (Acc) (EUR) (ISIN: IE00BP3QZ601). Este ETF pretende replicar la rentabilidad de un índice compuesto por un subconjunto de valores del índice MSCI World con unos beneficios sólidos y estables, lo que me ofrece un equilibrio entre crecimiento y estabilidad, sin asumir grandes riesgos.

Reflexión final

Con este cambio, sigo teniendo la tranquilidad de saber que mi fondo de emergencia está disponible cuando lo necesite, pero ahora también está trabajando para mí. Este enfoque híbrido no solo me permite dormir tranquilo, sino que también me asegura que estoy aprovechando cada oportunidad para que mi dinero crezca, incluso en tiempos de incertidumbre.

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